Vidas que Agradan

Es de suma importancia, diría yo, imprescindible buscar la manera en que podamos vivir vidas consagradas a Dios. Pero, ¿qué significa vivir vidas consagradas a Dios? Es vivir vidas santas. Es adentrarse en el plan de Dios para que su obra sea completada en nosotros, como dice Pablo “el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo”. Entonces, vemos que Dios trabaja en nosotros para llevarnos a la santidad que necesitamos en la vida como cristianos. Ahora, esto no es meramente un capricho de Dios, ni exige algo de nosotros que no podamos dar. Mire, 1 Pedro 1:15 “sino, como aquel que os llamo es santo, sed también vosotros santo en TODA vuestra manera de vivir; porque escrito esta; Sed santos, porque yo soy santo”. 

Vivir vidas consagradas a Dios es allegarnos a Dios, buscar vivir más cerca de él, para mirar, aprender, repetir, imitar su santidad. De esta manera seremos aceptos delante de Dios. 

1 Pedro 2:5 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”.

Hoy quisiera compartir con ustedes algunas cosas que NO nos permiten vivir vidas consagradas. Sabemos que tenemos que obedecer a Dios en lo que a consagración requiere e implica, pero muchas veces nos desviamos del camino y terminamos en ocasiones viviendo vidas a medias, donde no permitimos a Dios que obre en nuestra vida.

Me gustaría mencionar algunas cosas que no permiten que vivamos vidas consagradas (vidas separadas para Dios)

Primeramente me gustaría mencionar el hedonismo. El hedonismo es cuando el individuo entra en una búsqueda de placer como fin supremo de la vida y donde ese placer busca ocupar todas las áreas de la vida. Una vida que busca solamente encontrar placer es una vida ajena y distanciada de las cosas de Dios. Quitar la mirada de las cosas de Dios y poner la mirada en las cosas que nosotros miramos como valiosas y satisfactorias solo nos guiara a frustración y un vacío existencial. El ser humano fue creado para vivir en comunidad y no como un ente separado buscando la satisfacción propia no tomando en consideración al prójimo. ¿Cuál es el hombre hoy dia en al siglo 21? Es un hombre con un moral muy individualista. Este individuo individualista buscar ese placer por encima de lo que le rodea y de los que lo rodean. El esta en una búsqueda de lo que es definido como “vida de éxito” para el y si ese éxito no esta se considera fracaso. El verdadero y duradero placer que satisface al hombre es aquel que trae por consecuencia frutos espirituales y que es resultado de una búsqueda continua de Dios y que nos muestra cómo debemos vivir, que actitudes debemos tener y sobre todo, esperando recibir la corona de fe al final del camino.

Segundo, la falta de disciplinas espirituales. Las disciplinas espirituales son aquellas prácticas que forman parte de una vida cristiana y que caracterizan a los que son llamados discípulos de Jesús. Entre estas disciplinas encontramos la lectura y estudio de la palabra de Dios. Conecer a Dios es leer y estudiar su palabra. A traves del estudio de la palabra encontramos como es Dios, como responde Dios a las acciones de sus hijos, como deben comportarse los hijos de Dios y que significa ser imitadores de Jesus. Deberiamos meditar en la palabra, esto es, ver que Dios me quiere decir a través de la lectura que acabo de hacer.

Salmo 119:103 “Cual dulces son a mi paladar tus palabras. Mas que la miel a mi boca”

1 Pedro 2:2 “desead como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que crezcáis para salvación..”

2 Timoteo 3, “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para ensenar, para redargüir, para corregir, para instruir en la justicia”

El estudio de la Palabra me ensena, instruye, redarguye y me corrige. 

Otra disciplina que encontramos en la vida cristiana es la oración. ¿Qué es oración? La Biblia nos enseña que orar es hablar con Dios. Es el medio por el cual muestro mi dependencia a Dios acercándome a Él en humillación, reverencia y tal como soy. Orar no solo es pedir por nosotros, sino es una de las maneras en que mostramos nuestra fe. Cuando nos presentamos delante de Dios, cuando pedimos por los demás, cuando presentamos las necesidades de la Iglesia, estamos poniendo todo en la manos de Dios, en todo, dependemos de Él.  Todo eso es oración.

Oración es hablar con Dios, es tener una relación de amistad con Dios donde yo puedo decirle, Señor, necesito tu ayuda en esto. Yo quiero vivir una vida consagrada y necesito de ti.

Otra disciplina es el ayuno. Esta es una de las disciplinas espirituales que más impacto puede tener en nuestra vida. Es donde por un periodo de tiempo establecido, nosotros nos frenamos o dejamos de hacer algo como símbolo de nuestra dependencia de Dios. En esta disciplina, el cristiano se presenta así mismo como sacrificio vivo delante de Dios. Es donde negamos los deseos de la carne y alimentamos el espíritu con momentos de oración, tiempo de meditación y/o estudio de la palabra. Donde presentamos al Señor situaciones que nos llevan a rendirnos nosotros para que sea Dios quien haga el milagro. Hay cosas que solo se resuelven con ayuno y oración.

Conclusión

El camino de la santidad de Dios es un camino que no terminara hasta cuando el vuelva y seamos transformados. Durante el caminar del cristiano encontraremos diferentes cosas y circunstancias que nos quitaran la mirada de Dios. Para vivir vidas consagradas, vidas entregadas a Dios es necesario renunciar a nuestros placeres, es necesario cultivar las disciplinas espirituales que nos llevaran a desarrollar una vida de fe sólida y agradable a Dios. 

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